Un gol en el último minuto del delantero sueco Zlatan Ibrahimovic evitó la segunda derrota consecutiva en casa para el Milan, que empató así a uno contra el Bolonia (1-1, estadísticas), y mantiene viva la Liga a pesar de la victoria de la Juventus ante la Roma (4-0).
Con el empate, el Milan se coloca con 68 puntos, y se mantiene a tres de la Juventus, que ha solventado con una goleada el encuentro más duro que le queda esta temporada. Con dos tempraneros goles del chileno Arturo Vidal, goleó al Roma (4-0) de Luis Enrique.
La confrontación, una de la más esperadas cada año en el fútbol italiano, no tuvo más color que el "rosa", tono que en esta ocasión lució en sus camisetas el Juventus Turín y que fue el primer uniforme en la historia del club.
Y es que ya a los ocho minutos de juego el Juventus se imponía al Roma con un 2-0, obra del chileno Artuno Vidal (m.4 y 8). El conjunto piamontés, sabedor del "pinchazo" horas antes del Milan en casa, donde no pasó de un empate ante el Bolonia (1-1), salió dispuesto a solventar pronto la contienda y lo logró; y casi sin despeinarse.
La Roma, sin capacidad de reacción, además en el minuto 27 se quedó en diez, por expulsión de su meta holandés Maarten Stekelenburg, a quien se le señaló penalti por derribo a Marchisio. La pena máxima la lanzó Andrea Pirlo, desvió el recién salido guardameta Curci, pero el rechace fue hacia el ex milanista, que puso el 3-0 en el marcador, con el que se llegó al descanso.
La segunda mitad siguió con la misma tónica, con una Juventus que controló sin problemas y que, además, puso el 4-0 en disparo de Marchisio desde el borde del área (m.52). Se cerró ya prácticamente la contienda, pues la Juventus se limitó a dejar pasar el tiempo sin querer hacer más daño a un rival que seguía sin capacidad de reaccionar.
Ibra mantiene al Milan en la lucha
El tanto de 'Ibra' llegó cuando la derrota estaba casi asimilada, debido al gol del uruguayo Gastón Ramírez en la primera parte y un Milan que se había quedado en diez tras la expulsión de Bonera y el Bolonia apretaba.
El Milan comenzó mal el encuentro con el sueco Zlatan Ibrahimovic en una de sus peores actuaciones, como se pudo comprobar en el minuto 15 cuando recibió el pase de Seedorf y solo delante de la portería lanzó fuera el balón.
Aunque peor fue el error de Mark Van Bommel que perdió en el centro del campo un balón en una acción con Diamantini que se plantó en el área y, tras atraer a la defensa milanista, cedió el balón a Ramírez que no falló y colocó el 1-0 en el minuto 26.
Durante los 90 minutos se vio un Milan muy lejos del equipo que se está jugando el campeonato, por lo que el técnico rojinegro, Massimiliano Allegri, decidió en el minuto 55 intentar poner un toque de calidad con Antonio Cassano en sustitución de Clarence Seedorf.
La entrada de Cassano dio alas al equipo y cuatro minutos más tarde Ibra consiguió marcar un tanto tras el pase del talento de Bari, pero el árbitro anuló por fuera de juego.
La expulsión de Bonera en el minuto 37 de la segunda parte frenó de nuevo al equipo de Allegri, pero en los minutos de descuento Ibra recogió un pase de Emanuelson en el área y no perdonó e incluso Robinho pudo marcar el 2-1 antes del pitido final.
El Inter frena su remontada
También en los minutos de descuento el Lecce frenó al Lazio en su lucha por el tercer puesto al conseguir igualar 1-1 el marcador.
El equipo de Edy Reja se había adelantado en el minuto 37 con un gol del brasileño Matuzalem y cuando ya tenía la victoria en el bolsillo tras un partido muy duro, Bojinov aprovechó una serie de rechaces en el área y empató el encuentro.
El Inter de Milán, del joven técnico Andrea Stramaccioni, frenó su remontada para conseguir una plaza en la Liga de Campeones tras empatar 0-0 en un encuentro feo y aburrido contra una Fiorentina que incluso falló un penalti.
Stramaccioni ha revolucionado el equipo y ha recuperado el esquema 4-2-3-1 que tanto usaba José Mourinho para aprovechar las característica del holandés Wesley Snejder.
El técnico dio este puesto al uruguayo Diego Forlán, ya que el holandés llega de una lesión, con Ricardo Álvarez y Mauro Zárate y el "Príncipe" Diego Milito como única punta.
El equipo de Stramaccioni, sin embargo, no logró superar la defensa de la Fiorentina y el único tiro a puerta del primer tiempo fue de Forlán en el minuto 5 que Boruc paró en dos tiempos y se contaron también un contraataque de Zárate en el minuto 25 y una acción personal de Cerci.
En el segundo tiempo nada cambió y tampoco la entrada en el campo de Snejder dio la velocidad que pretendía el técnico interista e incluso el partido se pudo complicar cuando Julio Cesar derribó a un jugador de la Fiorentina en el área y el árbitro decretó el penalti en el minuto 34.
Pero Julio Cesar logró desviar el penalti tirado por Ljajic y el Inter consiguió aunque con mucho sufrimiento su cuarto resultado positivo, aunque el tercer puesto queda muy lejos, y el Fiorentina dio un pequeño paso para su permanencia en la Serie A.
Incidentes en Génova
El árbitro Paolo Tagliavento tuvo que suspender durante unos 40 minutos el encuentro entre el Génova y el Siena cuando se llevaban jugados ocho minutos del segundo tiempo, después de que un centenar de hinchas locales invadiese la tribuna que se encuentra sobre los vestuarios y lanzase varias bengalas al terreno de juego.
En el minuto 8, el técnico del Génova, Alberto Malesani, decidió que entrase un defensor, Kaladze, por un delantero, Sculli, a pesar de que los locales perdían 4-0 y esto hizo estallar la rabia de los ultras locales.
El grupo de hinchas del Génova pasó del fondo a la tribuna central bajo la que se encuentra la entrada a los vestuarios y se encaramó a las vallas de contención para desde allí comenzar a lanzar bengalas y amenazar a los jugadores de su equipo.
Los jugadores del Génova lograron calmar los ánimos de los hinchas y el Siena y el árbitro volvieron a entrar en el campo y el encuentro se reanudó.
Con este resultado, el Génova se coloca al borde de la zona de descenso y de ahí rabia del grupo de ultras, mientras que el resto del estadio apareció divido y muchos aficionados genoveses protestaron ante los altercados.
Al reiniciar el encuentro, los ultras que habían protestado dieron la espalda al campo para no ver el partido, que terminó sin incidentes y en un increíble silencio.
Al acabar los 90 minutos, que terminaron con un 4-1 en el marcador tras un gol en propia puerta de De Grosso, algunos jugadores se quitaron la camiseta y la dejaron al borde del campo. En el resto de los encuentros el Cesena y el Palermo empataron 2-2
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