Juventus, en su nueva casa, le pasó por arriba a Milan y le ganó de manera contundente por 2 a 0, con un doblete de Claudio Marchisio. Así, los bianconeri siguen en primera posición con Udinese, ambos con 11 unidades, mientras que el Diávolo se quedó con cinco puntos en treceava posición, que comparte con Novara y Siena.
El resultado fue absolutamente justo, porque en la cancha se vio un solo equipo. Sin embargo, la Vieja Señora logró anotar sólo sobre el final y con una buena dosis de suerte, a pesar de su total dominio.
La estrategia de Conte fue clara: jugar un desafío muy físico y poco técnico para correr la aguja de la balanza en su favor, sobre todo en este momento en el que los rossoneri, con tantas lesiones y tantos partidos sobre las piernas, corren muy poco y necesitan mucho tiempo para desarrollar su propio juego.
De esta manera, desde el primer minuto los bianconeri aplastaron a la vista, con una presión altísima y jugando con una grandísima intensidad, determinando un ritmo tan elevado que todos los jugadores, hasta los de mayor calidad, cometieron muchos errores sobre el plano técnico.
Así, Milan no logró salir y tuvo que soportar los constantes ataques de los locales, que si bien carecieron de ideas en los últimos veinte metros, tuvieron tantas ocasiones de ofender que, al final, algo hicieron.
En el primer tiempo no hubo tantas chances de gol, pero las que logró crear Juventus fueron bastante claras, como cuando Vucinic partió el travesaño con un derechazo desde el límite, con el balón que rebotó sobre la línea antes de salir.
El mismo montenegrino tuvo otra chance, esta vez con un remate demasiado esquinado, pero más clara fue la ocasión de Marchisio, quien entró en área, controló muy bien pero mordió la volea.
El complemento se abrió con una desviación a quemarropa de Bonucci, en jugada de tiro de esquina, que lo exigió a Abbiati a una tapada en gran estilo, para sacarla nuevamente al córner.
Milan no logró cambiar la inercia del desafío de ninguna manera y Allegri decidió que era el caso de jugar sólo para defenderse. Así, al minuto 17 lo sacó Cassano, a quien no le llegó ni un balón en todo el partido, para ponerlo a Emmanuelson, con la esperanza de sumar más hombres en la zona central para aguantar mejor el ritmo de Juventus.
La movida pero no funcionó, porque la Vieja Señora siguió imponiendo su propio ritmo de juego e hizo el gasto del match. Sin embargo, el Diávolo tuvo dos grandes chances para anotar, pero en la primera Nocerino se durmió y no fue hacia el segundo palo, en donde llegó un remate de Boateng cruzado que hubiese podido ser fácilmente corregido en gol.
Más tarde se durmió Emmanuelson, quien no cortó hacia el arco y no supo aprovechar una grande invención de Ibrahimovic, quien armó una jugada desde la salida hasta el área y había dibujado una grande asistencia baja para la entrada del holandés.
De todas maneras, fueron dos llamaradas en el medio del control y del dominio juventino, que también en esta segunda etapa jugó bien y aplastó a sus rivales cerca de su propio arco, pero aún sin lograr crear clarísimas ocasiones por falta de ideas.
También por mérito de la defensa de Milan, pero, que logró contener con grande corazón a sus rivales, de la mano de un Thiago Silva mágico y un Nesta siempre muy confiable.
Pero al minuto 26 se rompió también ese mecanismo rossonero, porque Nesta tuvo que salir por un problema a la rodilla. Juventus aprovechó de esa ulterior ventaja y aumentó la presión.
A pesar del dominio territorial, Juventus no lograba anotar y el match parecía destinado a un injusto 0 a 0. En cambio, como el jugador de tenis que sufre los golpes repetidos de su adversario y termina por cometer algún error, Milan, al final, falló atrás y los locales pudieron meter el 1 a 0.
La jugada del gol fue muy bella: Marchisio tiró dos paredes, una con Vidal y una con Vucinic, todo de primera, y entró centralmente, algo por izquierda, y se coló por las espaldas de Bonera. El defensor hubiera podido cerrar, pero hizo una barrida por el lado equivocado y terminó por despejar sobre las piernas de Marchisio, determinando una carambola que terminó por enviar el esférico en el fondo de la red.
Milan quiso reaccionar, pero logró sólo coleccionar la roja de Boateng por doble amarilla. Juventus, por su parte, no mermó de ninguna manera y siguió presionando con todo. Sin embargo, el gol de la seguridad que cerró definitivamente el partido llegó con otro golpe de suerte, cuando Marchisio disparó desde unos 25 metros y su remate algo débil y central no fue retenido por Abbiati, quien se dejó escapar el balón de las manos y lo vio pasar entre sus piernas, antes de verlo entrar despacio en el arco.
La figura de ESPNdeportes.com: Claudio Marchisio (8.5)
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