En el estadio San Paolo de Nápoles, en un partido de la tercera fecha del campeonato italiano de fútbol, Nápoli venció por 3 a 1 a Parma.
Edinson Cavani, de penal, abrió el marcador, Goran Pandev aumentó la diferencia, Marco Parolo consiguió el descuento y Lorenzo Insigne le dio cifras definitivas a la pizarra.
Con este resultado, Nápoli suma nueve puntos y comparte la primera posición de la tabla con Juventus y Lazio (también Sampdoria ganó los tres primeros, pero tiene una unidad de penalización). Parma, por su parte, sigue con tres puntos y se ubica junto a Milan, Genoa, Chievo, Bologna, Torino e Inter (estos últimos dos con un partido menos) en la octava plaza.
El triunfo de Nápoli fue más trabajoso de lo que podría parecer, pero exclusivamente por culpa de su falta de precisión en fase de definición: en efecto, con un poco más de puntería, el partido pudo haber terminado con una goleada estruendosa.
Todo se pudo fácil desde un comienzo: Hamsik, la gran figura del partido, metió el cuchillazo vertical para Pandev, quien lo encaró a Mirante y fue bajado con falta por el arquero (correctamente, el árbitro Gervasoni sólo amonestó al infractor, porque Pandev se había abierto hacia un costado). Cavani, con un derechazo, transformó el penal en gol.
Parma, parado con un 3-5-2 especular al del local, jugó un buen partido, tratando de llegar sin descubrirse demasiado, y tuvo varias ocasiones, especialmente con los cabezazos de Paletta, Zaccardo y Lucarelli en jugadas de pelota parada, pero inevitablemente tuvo que conceder espacios atrás.
Nápoli erró unas contras increíbles, pero ahí por el minuto 40 finalmente acertó: Hamsik se fue por derecha (sobre el borde del offside, pero habilitado) y metió el centro rasante y perfecto para la entrada de Pandev, quien no tuvo problemas para empujarla adentro.
Parma pareció sentir el golpe pero, paradójicamente, en su peor momento encontró el descuento: el joven Sotiris Ninis, un delantero albanés muy interesante, metió el centro desde la izquierda y Parolo, ganándole a Dzemaili, cabeceó al gol, justo sobre el final de la etapa.
En el complemento, el guión del partido siguió muy similar: Parma buscaba el empate con buenas maniobras (mejoró mucho luego del ingreso del colombiano Dorlan Pabón), mientras que Nápoli desperdiciaba lo increíble de contra (especialmente Cavani), todas jugadas armadas de manera genial por Hamsik.
Al final, Mazzarri decidió sacarlo al uruguayo y lo puso a Insigne. El jovencito, agradecido, capitalizó la primera que tuvo y anotó, otra vez de contra, el tanto que cerró el partido, si bien él mismo, luego, erró otro par de chances clarísimas.
En suma, un Nápoli contundente, sólido y tremendo en los espacios, que se confirma firme candidato al título. Parma, por su parte, no juega mal, pero sin Giovinco perdió bastante arriba y necesita la vuelta urgente de Amaurí para aumentar su peso ofensivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario