Gracias a un excelente triplete de Giampaolo Pazzini (uno de penal), sin dudas la figura del match, Milan le ganó en el Dall'Ara a Bologna de visitante por 3 a 1. El momentáneo empate había sido de Alessandro Diamanti, desde los once metros.
Con este resultado los rossoneri sumaron sus primeros puntos en la tabla y, en la espera de todo el resto de la segunda fecha, comparten con muchos otros cuadros la primera posición, todos con tres unidades. Los emilianos, por su parte, se quedaron sin puntos y siguen arriba solamente de Atalanta y Siena, lso dos que están aún en negativo.
El resultado fue bastante mentiroso, porque el Diávolo no mereció vencer y, claramente, mucho menos mereció hacerlo con dos tantos de ventaja. Pero en el resultado pesó mucho la diferencia de peso específico y el orgullo de los milaneses.
En efecto, los muchachos de Allegri bajaron muy bien a la cancha, mostrando un ritmo y una actitud que hacía mucho tiempo no se veía en Milan. Así, impuso su ritmo y lo hizo con una maniobra bonita y bien construida.
Sin embargo, faltaba algo a la hora de definir las jugadas y, a pesar de su dominio, le costaba mucha fatiga crear chances de gol, ante un Bologna que se defendió bien, aunque no se dedicó solamente a eso.
De todas maneras, ya al cuarto de hora el match cambió cuando Pazzini, asistido muy bien por Boateng, se metió en el área algo por izquierda y en el pique sufrió el empujón de Cherubin (el defensor no miró nunca el balón y se concentró sólo en correrlo al delantero rival, tanto que terminó la jugada más lejos del balón de cuando había empezado el pique).
El mismo "Pazzo" se presentó desde los once metros y transformó el primer penal del campeonato, luego de tres penales en Serie A que habían sido fallados antes de este.
Milan siguió jugando bien, pero la desventaja empujó a Bologna a levantar el ritmo, cosa que hizo lentamente pero de manera constante, trepándose cada vez más sobre la cancha. Así, paulatinamente los locales retomaron el control del trámite y hasta pasaron a dominar a su rival, imponiéndose físicamente.
Por el resto del primer tiempo los rojo y azules fueron mucho mejores y si bien también la retaguardia de Milan cumplió con un excelente labor, al minuto 41 empató justamente el marcador con un penal que Diamanti se ganó (clarísima la falta de Nocerino, el peor de la cancha esta noche) y se ocupó de realizar en el 1 a 1.
El complemento se vio más equilibrado, pero al comienzo fue el conjunto de Pioli el que siguió imponiendo el ritmo de juego y que creó las mejores ocasiones de gol. En ese contexto, el Diávolo sufrió mucho especialmente en el medio, debido al hecho que estaba demasiado largo sobre el campo contra un Bologna más apretado y que así cubría mejor la cancha.
A pesar de las dificultades, los rossoneri nunca se rindieron y siguieron poniendo coraje y orgullo, cuanto menos para aguantar el empate. Claramente, el equipo de Allegri nunca dejó de atacar, pero lo hizo con menos ideas y recurriendo a menudo al centro desde las franjas.
Ese recurso, al final, gracias a una buena dosis de suerte, le valió el triunfo al Diávolo: al minuto 32, Agliardi cometió un pato terrible, se dejó escapar el balón en una salida alta y se lo dejó ahí a Pazzini, quien fue rápido y cínico como un buitre y la mandó a guardar.
El 2 a 1 le cortó las piernas a Bologna y Milan pudo salir a buscar el gol que liquidara definitivamente el trámite. Tanto que llegó a cinco desde el final, cuando De Sciglio puso un centro bajo y atrasado desde la derecha, Nocerino remató algo mal pero Pazzini, con algo de suerte por encontrarse en el lugar justo, inventó un grande golpe de taco para desviar el balón cuanto alcanzaba para ponerlo adentro.
Un triunfo no tan merecido y muy afortunado, que sin embargo le da nueva confianza a este nuevo Diávolo, que por primera vez luego de mucho tiempo jugó con nada menos que diez italianos (dos de los cuales categoría 1992) y apenas un extranjero.
La figura de ESPNdeportes.com: Giampaolo Pazzini (8.5)
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