Otra vez más Roma perdió 3 a 2 y otra vez más de remontada. En esta ocasión cayó en el Tardini, de visita a Parma, tras haber pasado en ventaja con un tanto de Erik Lamela, para luego encontrarse dos tantos abajo tras las anotaciones de Ishak Belfodil, Marco Parolo y Cristian Zaccardo.
Inútil el gol de Francesco Totti y, en efecto, los azul y oro ahora suman 15 unidades y hasta lograron rebasar a los capitalinos en la tabla, parándose quintos, por ahora junto a Fiorentina (debe aún jugar en esta décima fecha), mientras que la Loba se quedó con 14 puntos y se ubica séptima junto a Cagliari.
Fue un partido rarísimo, condicionado enormemente por la torrencial lluvia que inundó la cancha, especialmente sobre las franjas. En efecto, casi se sufría viendo a los jugadores que, en el intento de conducir el esférico, a menudo debían patear como rematando al arco para poder adelantar la bola y llevársela hacia adelante.
Suele decirse que los equipos más técnicos se ven más condicionados por condiciones como esas pero, sin embargo, fue gracias a un charco que Roma pasó en ventaja, cuando al octavo minuto el balón le quedó en el área a Lamela, muy desfilado por derecha, tras un despeje mal salido de la defensa, y desde ahí el argentino pudo definir con un gran zurdazo que se metió a lado del palo más lejano.
Paradójicamente, con la ventaja el partido se le puso mal a la visita, que como de costumbre se relajó demasiado justo cuando debía concentrarse más, porque su rival salió con todo a buscar el empate.
Al inicio los giallorossi parecían poder controlar, pero Donadoni se dio cuenta de las dificultades de la defensa romanista, sobre todo de Dodó, y le pidió a sus hombres que jugaran pelotas altas, especialmente por el lado del marcador de punta brasilero.
A todo eso, roma cometió el enorme error de dejar demsiado espacio por el centro: con la cantidad de agua que había por los costados, los juadores casi se marcaban solos pasando por ahí, de manera que la retaguardia capitalina debía cerrarse más y dejar libres los costados. En cambio eso no ocurrió y Parma pudo meterse un par de veces por el medio hasta encontrar el empate (que estaba en el aire) al 34º, con un pique de Belfodil bendecido por una pifia de Dodó y la pésima marca de Castán: el delantero definió el mano a mano y gritó el 1 a 1.
Al rato llegó el afortunado 2 a 1: el gol fue merecido por la jugada, bien construida otra vez más aprovechando la mala noche de Dodó y de toda la defensa visitante, que se dejó agarra totalmente abierta para que tres jugadores azul y oro pudieran entrar solos. Sin embargo, Parolo, solo adelante del arquero, le pegó realmente horrible y el balón debía irse unos cuantos metros afuera, pero milagrosamente se paró en un charco tremendo, lo que dejó desconcertado a Stekelenburg y muy contento al mismo Parolo, quien alcanzó el esférico y lo empujó adentro.
En el segundo tiempo la Loba quiso recuperar, pero no hizo que exponerse a la contra adversaria. Así, al 20º Parma metió el 3 a 1, finalizando una rápida contra con tres remates al arco, el último de los cuales, de Zaccardo, logró encontrar una carambola afortunada en una pierna de Piris (el único que se salvó en la línea trasera giallorossa) y se metió adentro.
La Loba no quiso rendirse y aprovechó una pequeña merma del local para conquistar un penal solar, que Totti falló dejándose pero perdonar de inmediato, conectando el rebote (Mirante desvió al palo) y anotando el descuento de tap-in.
Pero el 2 a 3 no le alcanzó a los capitalinos para recuperar, porque Parma no concedió casi más nada y supo administrar bien la ventaja, cosechando así otro triunfo más en una temporada que promete ser emocionante y exitosa para los azul y oro como y aún más de la pasada.
Por último, una mención para la figura, Valdés: el chileno jugó un partidazo, manejando la pelota con grande inteligencia y calidad, a pesar de las dificultades de la cancha, sin pero olvidarse de defender, labor que cumplió con eficacia y la justa rudeza.
La figura de ESPNdeportes.com: Jaime Valdés (8)
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