La Policía será la única autoridad pública con capacidad para suspender un partido de fútbol en Italia en caso de que se registren episodios de "racismo, intolerancia o antisemitismo", como el ocurrido el pasado día 3 en un amistoso entre el Milán y un equipo de categoría regional.
Así lo acordó el Observatorio Nacional de las Manifestaciones Deportivas, dependiente del Ministerio del Interior, al término de las reuniones celebradas en Roma, en las que participaron responsables de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC).
Fruto de ese trabajo es un documento con varias medidas para hacer frente al racismo en el fútbol italiano (que se manifiesta sobre todo en insultos de algunos aficionados a jugadores de raza negra), que fue divulgado hoy por el Observatorio Nacional de las Manifestaciones Deportivas.
Según indica el texto, "ante la presencia de señales de racismo, intolerancia o antisemitismo" en un partido, el árbitro requerirá a su asistente en la banda (el cuarto hombre) la intervención del "dirigente del servicio de orden público" (la Policía), quien será el encargado de valorar si se suspende o no el partido.
Se identificará a los hinchas que profieran cánticos o abucheos racistas, con el fin de prohibirles ingresar a los estadios.
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