Francia le plantó cara ayer también a la vigente subcampeona de Europa, Italia, a la que la selección visitante venció (1-2) en amistoso muy disputado que hizo las veces de laboratorio de pruebas al más alto nivel de cara al próximo Mundial de Brasil. Si el pasado 16 de octubre era España, campeona de Europa y del Mundo, la que cedía en partido oficial un empate ante Francia (1-1), este miércoles le tocó el turno, y también en casa, a la finalista del pasado europeo, que se vio obligada a jugar de igual a igual a una selección francesa en progresión, que al final terminó imponiéndose.
Fue esa verticalidad italiana la que propició en el minuto 35 el tanto de El Shaarawy, quien consiguió batir a Hugo Lloris después de que el balón hubiera pasado solo por los pies, y apenas al primer toque, de sus compañeros Andrea Barzagli, Mario Balotelli y Riccardo Montolivo.
La segunda mitad del encuentro, arbitrado por el español Alberto Undiano Mallenco, comenzó con una batería de cambios en el combinado italiano en el centro del campo, al que se incorporaron, entre otros, el veterano Andrea Pirlo y el debutante Alessandro Florenzi, una de las pruebas que Prandelli quería hacer de cara al Mundial.
Fue ante el empuje de Italia, que llegaba de ganar en octubre por 3-1 a Dinamarca, que Deschamps decidió acometer dos importantes cambios en su delantera: Jérémy Ménez salió en lugar de Olivier Giroud, autor del gol del empate contra España, y Gomis por un Franck Ribéry muy intermitente durante el partido.
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