"El Matador" no conoce el descanso. Ávido de revancha, pasó dos días de vacaciones en las playas de Gaeta y se unió luego al Nápoles con el objetivo de aportar lo que mejor sabe hacer en el terreno de juego: goles.
Edinson Cavani, de 25 años, no ha querido que la amargura de la eliminación de Uruguay en los Juegos Olímpicos de Londres le dure mucho, pese a que los charrúas partían en el grupo de los favoritos, al lado de España, también fuera antes de lo previsto, Brasil y México, que siguen en la carrera por las medallas.
Quiere volver a disfrutar con los goles, su mejor virtud, la que le ha encumbrado en el Nápoles, donde ha sido su máximo artillero en las dos temporadas que lleva en las filas en el equipo que hizo grande Diego Armando Maradona entre 1984 y 1991.
Cavani incumplió las expectativas uruguayas. Él y el delantero del Liverpool Luis Suárez fueron incluidos en la selección olímpica, campeona en 1924 y 1928, con la seguridad de que formarían un ataque de solvencia, pero se han ido de los Juegos sin firmar un solo tanto.
Fue una frustración para ellos y el combinado. Lo reconoció el seleccionador, Óscar Washington Tabárez, tras la derrota definitiva ante Gran Bretaña (0-1): "Cuando decidimos que integraran el plantel, lo hicimos pensando en su capacidad goleadora, ampliamente demostrada, pero hay ocasiones en que esa potencialidad se demuestra y otras en las que no, son circunstancias".
"Cuando la pelota no quiere entrar, no entra", sentenció Suárez, que al igual que Cavani había anotado tres goles en los amistosos previos a la competición olímpica.
Cavani no solo no ha perdido la moral tras el fracaso olímpico, sino que regresó rápidamente a Nápoles para incorporarse a la concentración del conjunto de Walter Mazzarri "con muchas ganas de revancha", señala "La Gazzetta dello Sport".
"El Matador" y Mazzarri acordaron dos días de descanso, que el artillero pasó en Gaeta, una de las playas más concurridas de las ubicadas entre Roma y Nápoles.
El Nápoles necesita al mejor Cavani para la conquista de la Supercopa italiana ante el Juventus, campeón de Liga, que se disputará el próximo sábado en Pekín.
Cavani impidió en mayo el doblete del Juventus al abrir, de penalti, el marcador de la final de la Copa Italia, que completó el eslovaco Marek Hamsik. Ambos formaban junto con Ezequiel Lavezzi un tridente de oro ahora roto tras la marcha del argentino al PSG francés, donde se unió a su compatriota Javier Pastore, al brasileño Nené y al uruguayo Diego Lugano.
Fue el único equipo que le ganó a la "vieja señora" en Italia en la última temporada. La "Juve" se hizo con el "scudetto" sin perder un solo partido.
Cavani, nacido en la localidad de Salto el 14 de febrero de 1987, llegó al fútbol italiano en enero de 2007 cuando fue fichado por el Palermo desde el Danubio. En julio de 2010 fue traspasado al Nápoles. Suma más de 100 goles en Italia, de los cuales 33 en la Liga de 2010/11 y 23 en la 2011/12.
"El Matador" se ha ganado el cariño de la hinchada napolitana, que lo ven como la estrella que puede reverdecer los laureles de la época de Maradona. De hecho, el equipo no había conquistado ningún trofeo después de la salida del "Pibe de oro" hasta la Copa de Italia de mayo.
El goleador uruguayo no les ha defraudado, aunque cada final de temporada llega acompañado de rumores sobre su inminente traspaso a uno de los grandes europeos. Su elevado coste -se habla de 50 millones de euros (61,8 millones de dólares)- ha frenado la operación.
Con la mirada puesta en Pekín, los apasionados hinchas del Nápoles esperan que Cavani les devuelva la gloria del último trofeo ganado por el equipo, precisamente la Supercopa de 1990 y, ya es casualidad, ante el mismo rival, el Juventus de Roberto Baggio y "Totó" Schillaci.
El Nápoles ganó aquel partido por ¡5-1!. Maradona, capitán y con la camiseta con el número 10, alzó el trofeo, que se unió a dos Ligas, la Copa Italia y la Copa de la UEFA. Todo ello en cinco temporadas. El delirio.
EFE
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