Con goles de Eran Zehavi, Matías Silvestre y Josip Ilicic, Palermo le ganó por 3 a 1 en el Barbera a Bologna, que por su parte descontó sobre el final con Gastón Ramírez.
De esta manera, en la espera del resto de la jornada, los rosanegros se treparon al quinto escalón de la tabla, que ocupan con 16 unidades, mientras que el conjunto emiliano se quedó decimocuarto con 10 puntos.
El partido fue muy curioso, porque los rosanegros lograron producir mucho juego y crear ocasiones a pesar de jugar sin delanteros prácticamente por todo el partido, tras la lesión de Hernández al minuto 20.
La suerte local estuvo en que el uruguayo se lesionara cuando el resultado ya estaba sobre el 1 a 0, mérito del gol de Zahavi anotado con un fácil tap-in tras un diagonal de Ilicic y una tapada de Gillet.
Así, Mangia pudo sustituirlo a Hernández con Varela, un volante, para jugar con Ilicic y Zahavi, dos enganches, en la delantera, moviéndose sobre todo entre líneas para mantener la posesión del balón.
Durante el primer tiempo la maniobra local, con la nueva disposición, funcionó bien y le sirvió para controlar el trámite. Por encima Palermo pudo anotar el 2 a 0 en un par de ocasiones, en la más clara con un disparo desde la distancia del esloveno rosanegro que Gillet desvió al travesaño.
Sin embargo, sobre el final de etapa, la visita se mostró con peligrosidad en dos ocasiones, rozando el empate. Primero Tzorvas tuvo que cumplir una gran tapada para negarle la alegría del gol a Koné, protagonista de una gran jugada. Después otra vez más el portero rosanegro salvó el resultado, logrando atajar un cabezazo a quemarropa de Raggi en jugada de tiro de esquina.
En el complemento, Palermo anotó enseguida el segundo en jugada de tiro de esquina, con un gran cabezazo de Silvestre, quien entró bárbaro por el segundo palo (el córner venía desde la izquierda) y sacudió un frentazo inapelable.
El match se puso muy intenso: Bologna salió con todo a buscar la remontada, lo que favoreció la táctica de la contra de los sicilianos que, en efecto, con ese recurso lograron anotar casi a la media hora el 3 a 0. En la ocasión fue muy hábil Ilicic, quien picó al límite del off-side y no falló el mano a mano.
A pesar de la evidente desventaja, la visita no se rindió y siguió atacando con todo, pero chocó inevitablemente en la gran defensa de Palermo, que vio en Silvestre la figura del partido.
De todas maneras, sobre el final el equipo de Pioli logró descontar con una gran jugada de sus uruguayos: Ramírez dialogó muy bien con Giménez y, recibido el balón al límite del área, algo por derecha, sacudió un zurdazo al primer palo que no le dejó chances a Tzorvas, anotando por lo menos el gol del honor.
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