Juventus paró su buena marcha al igualar de local ante Bologna por 1 a 1, con goles de Mirko Vucinic y Daniele Portanova, pero sigue liderando la tabla, ahora con siete unidades junto a Genoa y Udinese.
Los azul y rojo, por su parte, sumaron su primera unidad en la clasificación y se ubican en la decimoquinta posición (que es también la anteúltima) con Atalanta Inter, Roma y Siena (los últimos dos jugarán mañana).
El resultado no fue justo, puesto que la Vieja Señora hubiese merecido vencer, pero el fato decidió hacerle pagar a caro precio su gol irregular y la grande estupidez de Vucinic, quien se dejó echar sobre el final del primer tiempo.
Los bianconeri empezaron bien el desafío casero, mostrando solidez y una buena velocidad de juego. Sin embargo, no lograron crear con facilidad ocasiones de gol y hasta arriesgaron pasar en desventaja, cuando le dejaron demasiado espacio en el área a Acquafresca para un remate mordido que el atacante hubiese podido aprovechar de mejor manera.
A la media hora Pirlo mostró toda su picardía al sacar rápido un tiro libre, con el referí parado adelante de él indicando el silbato (como a señalar que debían esperar su permiso para sacar) y con el balón en movimiento.
El arbitro debía parar la jugada, pero en cambio dejó seguir; así, Vucinic pudo controla en el área, desfilado por derecha, para encararlo a Gillet y con un disparo cruzado mandarla a guardar.
Los locales se despertaron y tuvieron dos grandes chances para anotar el segundo, con los remates de Del Piero y Krasic. El match parecía estar en sus manos, pero justo antes del final del primer tiempo Vucinic (ya amonestado por protestas), cometió una falta muy dura sobre Morleo, se mereció la seugnda amarilla y dejó a sus compañeros con hombre de menos.
El complemento se abrió con una grande chance para Krasic, asistido por un infinito y genial Pirlo, pero el serbio, con su diagonal de derecha a izquierda, supo sólo astillar la base del palo más lejano.
A pesar de jugar con diez, la Vieja Señora parecía dueña de la situación. Sin embargo, al quinto minuto, De Ceglie cometió un grande error, dejándose robar el balón sobre el vértice del área chica, y Buffón tuvo que cumplir un autentico milagro para sacar al córner el disparo de Casarini a quemarropa.
En el desarrollo de ese mismo tiro de esquina, Portanova le ganó el duelo aérea contra Chiellini, aplastó el cabezazo y metió el 1 a 1.
Juventus no se rindió, salió a atacar y dominó el partido, creando unas cuantas chances de gol: primero Pirlo sacudió desde afuera y Gillet tuvo que esforzarse de manera notable para sacar al córner; luego Chiellini cabeceó a golpe seguro desde el punto del penal, pero el balón impactó sobre la espalda de Matri y salió por arriba del travesaño; después fue el turno de Barzagli, quien tuvo dos ocasiones para meter el 2 a 1, la primera salvada sobre la línea por Mudingayi y la segunda por Gillet, protagonista de una gran atajada en la ocasión.
Sin embargo, a pesar de la enorme presión, los bianconeri no lograron anotar y, sobre el final, arriesgaron hasta perder el desafío, cuando Di Vaio desperdició una excelente chance rematando muy mal.
Al final Juventus tuvo que conformarse con un empate, pero el carácter demostrado con hombre de menos, la garra con la que buscó el triunfo y la buena mentalidad con la que los muchachos de Conte reaccionaron a un partido que se le ponía realmente mal son todos daros que prometen grandes cosas para el futuro.
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