La Italia de Antonio Conte empató con Croacia, en la cuarta jornada del grupo H de la fase de clasificación de la Eurocopa de Francia 2016 en un partido disputado en el estadio “Giuseppe Meazza”, en Milán, e interrumpido por bengalas.
Además de la lluvia, que amenazó con detener el partido, varias bengalas lanzadas al terreno de juego desde la zona donde se ubicaban los seguidores croatas pusieron en duda que el partido pudiera finalizar.
El árbitro, el holandés Bjorn Kuipers, detuvo el juego dos minutos en la primera parte y cinco en la segunda.
Los incidentes de la primera parte provocaron la actuación de los bomberos, que retiraron las dos bengalas lanzadas al terreno de juego y permitieron así retomar el partido, pero las lanzadas en la segunda parte fueron muy numerosas y llenaron el campo de humo, lo que obligó al colegiado Kuipers a interrumpir el partido.
Durante la pausa, la Policía actuó y desalojó a varios de los hinchas croatas que estaban en la zona desde que fueron lanzadas las bengalas y petardos, mientras los jugadores italianos se retiraron a los vestuarios y los croatas continuaban entrenando en el campo.
Tras cinco minutos de duda en los que el árbitro consultó con los responsables de la UEFA si las condiciones eran las adecuadas, el partido fue retomado y no vivió más incidentes.
Las dos selecciones llegaron al partido en un buen momento, con tres victorias cada una aunque con los croatas en primer lugar por contar con cinco goles más que la "azzurra".
Los dos tantos se anotaron en los quince primeros minutos del partido.
El primero de ellos del italiano Antonio Candreva, en el minuto 11, que despertó el furor en el estadio con el primer gol del centrocampista en la selección.
La alegría de los seguidores italianos cesó solo cuatro minutos después, con el gol de Ivan Perisic, que a partir de este momento dejó en evidencia a una Italia que no pudo con la selección croata.
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