El cotejo entre el Inter y el Milan se considera uno de los clásicos principales del mundo. Pero a diferencia de lo que ocurre en otros partidos con estas características, es raro atestiguar hechos de violencia entre los seguidores de ambos clubes.
Han ocurrido algunos incidentes, pero un pacto de no agresión firmado en 1983, tras la muerte de un hincha del Inter, se ha respetado en buena medida.
Los espectadores limitan su rencor deportivo a expresiones verbales desde el graderío hacia los jugadores contrarios. Seguramente, el delantero del Milan Mario Balotelli será uno de los principales destinatarios de los insultos, luego de pasar algunas temporadas repletas de conflictos en el Inter.
El derby debe su nombre a la estatua de la Virgen María que corona la Catedral Milán y que se conoce como la Madonnina. Se dice que el ganador del clásico recibe la bendición de la Virgen.
El Inter enfrenta la posibilidad de disputar el derby sin el apoyo de sus seguidores más fervientes.
Aunque se le considera nominalmente local en el encuentro, Inter no podría habilitar la cabecera o “curva” norte del graderío por una serie de consignas que corearon sus aficionados durante el encuentro contra el Napoli.
“Un derby sin las curvas pierde su atractivo”, consideró el capitán argentino del Inter Javier Zanetti.
Inter ha apelado la sanción y Milan ha manifestado apoyo a su rival acérrimo.
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