Récord absoluto en Italia y a dos partidos de establecer uno en Europa. Roma se impuso –con sufrimiento, es verdad– a Chievo Verona, el colero de las posiciones en el fútbol italiano y llegó a una marca perfecta: diez partidos jugados, diez partidos ganados y un solo gol en contra. Nunca antes un equipo italiano había logrado tal registro y en el Viejo Mundo, hay que ir más de medio siglo atrás, para revisar la temporada 1960–61 para encontrar al Tottenham Hotspur inglés con 11 triunfos al hilo y retroceder hasta el campeonato inglés 1985–86 para recordar que el Manchester United logró semejante hito.
En la próxima jornada, los romanos deberán viajar a Turín para medir fuerzas con el Torino, que cumple una campaña sorprendente y ocupa el decimosegundo puesto. En la subsiguiente jornada, recibirán al recientemente ascendido Sassuolo, que se caracteriza por la irregularidad.
Ayer, en el estadio Olímpico, de la capital italiana, el dueño de casa debió bregar mucho para vencer a un equipo muy ordenado y disciplinado en el campo de juego que, consciente de sus limitaciones, aplicó la táctica que mejor le convenía: esperar en tres cuartos de su propio campo con mucha gente y lanzar veloces contragolpes, cuando la situación del juego era ampliamente favorable. Con esas armas sencillas armas, los amarillos complicaron demasiado a los líderes de la competencia y estuvieron cerca de vencer la resistencia de su defensa.
Sin embargo, a los 67 minutos de juego –12 de la segunda parte¬–, Mario Boriello anotó el único gol del compromiso con un certero cabezazo, tras una muy buena jugada de Alessandro Florenzi, por el sector izquierdo.
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